“¡Dale, hagamos eso!, ¡Ponete las pilas, tenemos poco tiempo!”, risas cómplices, la desautorización de una idea y muchas otras frases son las que se dicen en una sesión de brainstorming y nos conducen a senderos que hacen fracasar este proceso que peca por su popularidad.
A lo largo de nuestra carrera como facilitadores de procesos creativos hemos visto infinidad de tormentas de ideas, y poco a poco fuimos descubriendo por qué fracasaban. Estos fueron algunos ejemplos:
- Error #1: Falta de liderazgo de la sesión por parte del moderado Primordial! El éxito o el fracaso de una sesión de brainstorming es el manejo del grupo por parte del moderador. Siendo veedores de sesiones creativas nos hemos encontrado en más de una oportunidad con un moderador que se limita a escribir las ideas sin involucrarse ni velar por que las reglas y el ánimo durante la sesión se mantengan.
- Error #2: La crítica de ideas Este problema lo encontramos cuando en el equipo no se logra apagar el auditor interno y en el momento de generación de ideas y divergencia se empieza a evaluar en paralelo. “Qué buena idea”, “Ponete las pilas, eso no sirve”. Esas dos frases son los extremos que pueden hundir el proceso creativo, dado que los integrantes del equipo pueden quedar anclados en ideas o conceptos, y no generar flexibilidad en el proceso de brainstorming.
- Error #3: No generar el ambiente. Decir que es una lluvia de ideas no transforma de manera espontánea un espacio de trabajo en una sesión de brainstorming. Es necesario cumplir con la metodología completa evitando frase como “a nosotros nos sirve así”. En la frase que nos comentaba este directivo de una empresa financiera argentina hay una parte de verdad, pero una verdad a medias. La metodología se debe amoldar a la organización, pero “va a funcionar hasta que funcione”, queriendo decir que no sabemos cuando las ideas llegaron por utilizar la metodología o por simple azar, y cuando las ideas no llegan, no queda otra posibilidad que aferrarse a las técnicas creativas y a la metodología.
- Error #4: No realizar anteriormente ejercicios de calentamiento: Este caso lo vivenciamos en una empresa tecnológica. Se había pautado una reunión a la tarde para generar ideas para mejorar el sistema de gestión de proyectos que utilizaban. A la hora que se había pautado, los involucrados, van llegando al límite a la reunión envueltos en la vorágine de los proyectos en los que se encontraban sumergidos. Tras horas de estar embebidos en su cotidianeidad se plantea la pregunta “¿Cómo podemos mejorar nuestra gestión de proyectos?”. El silencio cubrió la sesión, todos se miraron las caras, y el sonido que se escuchó fue el de un grillo del otro lado de la ventana “cri, cri”.
- Error #5: No prepara la sesión: En el inconsciente colectivo se cree que armar una sesión exitosa de brainstorming lo único que se necesita es pronunciar la frase mágica. “¿Por qué no hacemos una sesión de lluvia de ideas?” como único requerimiento para el éxito de su aplicación. La realidad es que si queremos potenciar al máximo la utilización de la misma al menos debemos cumplir con cuatro pasos básicos: Clara definición de objetivos Cuidadosa selección de los que integrarán la sesión en función de los objetivos planteados Armar la estructura de la reunión: Ejercicios de calentamientos, planteamiento de los objetivos, resultados esperados. Contar con los materiales y espacios necesarios para que se desarrolle la sesión. Como cierre, y pecando de reiterativos, recordamos tener en cuenta siempre los siguientes tips: – Separar el momento de divergencia creativa del proceso de convergencia. – Tener un facilitador del proceso dedicado exclusivamente al proceso y no a la generación y análisis de ideas. – Realizar técnicas previas de calentamiento: generarán flexibilidad y fluidez a la hora de generar ideas. – Utilizar otras técnicas al finalizar el brainstorming. Recomendamos el uso de SCAMPER mejorará toda sesión de lluvia de ideas. Alejandro
Lang – Consultor Internacional experto en Innovación & Change Management